Y es que esta chica se sale, por cada gira que hace los ceros se multiplican en su cuenta bancaria y sus adeptos surgen de la nada aclamando a Miley una y otra vez. Miley está podrida de dinero, puede llenar una piscina con billetes de mil dólares y saltar desde el trampolín más alto. Puede incluso comprarse una isla en el Pacífico; tiene el mundo a sus pies. Esperemos que la fama y el dinero no la consuman...
Con todo esto esperamos que ni evada impuestos ni tenga cuentas secretas en paraísos fiscales. Siendo tan joven no debe oír la llamada de la codicia; tiene dinero suficiente para ser feliz y permitirse todos los caprichos que quiera, ¿no es así?
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